Astrología Azteca: Signo Liebre

horóscopo aztecaAsociada a la Luna, confiere abundancia. El nativo Liebre es un trabajador incansable. Y aunque le gusta gastar en lujos, también ahorra para el futuro.
Es un excelente colaborador y subordinado. Tienen un gran don para negociar y puede desempeñarse bien como relaciones públicas o diplomático, así como en actividades relacionadas con la estética, la belleza y el arte. Muy sociables, familiares y afectuosos.
Se casa muy pronto, aunque no suele ser fiel. En el amor necesita armonía delicadeza y romanticismo. Sensualidad más que sexualidad. Se llevará bien con: Ciervo, Serpiente, Jaguar y Perro. Su ingenuidad le hace blanco de burlas que le molestan. Muy perfeccionista, si las cosas no le van bien, no parará en medios para conseguir sus fines.
El conejo se halla asociado con el Sur, que los aztecas situaban en las altiplanicies de México. Unos parajes donde los inviernos eran fríos y secos y los veranos cálidos y lluviosos, algo que comparaban con el cambio.
Por otra parte, lo relacionaban también con la Luna y la Agricultura, a la que proporcionaba excelentes cosechas.
Este animal es saltarín, impreciso y nunca se ve harto, luego las personas nacidas en los días señalados desconocen la pereza, son grandes trabajadores y siempre se encuentran en una actividad desbordante. Puede decirse que el éxito lo tienen asegurado en este terreno.
Gozan de una voluntad industriosa, realizan con prontitud los negocios, obtienen el mejor provecho de las oportunidades que se les presentan y resultan fríos y serenos ante las dificultades económicas.
Acostumbran a sentirse preocupados por su salud, a pesar de que no sufren muchas enfermedades. Andan temerosos de perder su fortuna, por escasa o alta que ésta sea. Quieren reunir un gran capital para dejárselo en herencia a sus hijos, pensando que así les asegurarán el futuro.
Tienen un gran sentido de la justicia y son excesivamente tímidos. En la altiplanicie mexicana crece el pulque, que era la bebida de los aztecas. Proporcionaba unas borracheras que parecían presentarse las noches de luna llena, debido a las fiestas, por lo cual se atribuyó al conejo esta tentación.
En la mitología azteca a los dioses del pulque se les llamaba «los 400 conejos», y cada uno de ellos ofrecía las variantes de la borrachera: cabezona, alegre, estúpida, pendenciera, etc.

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