Los tránsitos Neptuno Saturno

Los tránsitos de Neptuno siempre tienden a disolver algo. En la carta astral, Saturno representa muchas cosas y, probablemente, algunas de estas facetas de la personalidad cambiarán durante el tránsito de Neptuno. A través de su signo, de su casa y de sus aspectos, Saturno nos muestra en qué circunstancias solemos comportarnos con más prudencia. Aquello que nos inspira una cierta cautela, normalmente siempre suele ser aquello que tememos, tanto interior como exteriormente. La posición ocupada por Saturno en el tema natal indica cuáles son las funciones menos desarrolladas de nuestro cuerpo. Algunos astrólogos, interesados en el tema de la salud, afirman que, por ejemplo, un Saturno en Cáncer casi siempre suele ser índice de problemas digestivos. Y, bajo un tránsito de Neptuno, esta parte del cuerpo puede llegar a resentirse.
Saturno también puede simbolizar los sentimientos psicológicos del padre en la mente del hijo. Esta huella se imprime en el niño durante la primera etapa de formación, es decir, antes de los tres años. Si estos sentimientos provocan bloqueos con respecto a las figuras de autoridad y obstaculizan el desarrollo o los intereses normales del niño, ello se reflejará a través de los aspectos adicionales recibidos por Saturno en la carta astral. Durante un tránsito de Neptuno, parte de estos bloqueos pueden aflorar a la superficie y llegar a disolverse. Esto puede liberar al sujeto y ayudarle a encontrar su propio lugar en la sociedad y también puede liberarle de la influencia de una familia excesivamente represora.
El tránsito de Neptuno, ya sea por medio de una conjunción, de una cuadratura o de una oposición hacia el Saturno natal, empezará a disolver alguno de los miedos y de los temores inherentes a la personalidad. Esta disolución permite que cada persona pueda enfocar sus temores de una manera distinta y se decida a adoptar una nueva actitud. Si, por ejemplo, Saturno indica una falta de autoestima, este tránsito podrá ayudarle a adquirirla. El sujeto que se está enfrentando a un problema de auto-estima se dará cuenta de que él también posee su propia valia, incluso aunque, en un principio, él crea que tan sólo la posee a nivel laboral. Después, quizás también empiece a valorarse como amigo, como buen pagador de deudas, como empleado, como vecino, etc.
No importa dónde pueda iniciarse el concepto de autoestima, el poder de disolución de la energía de Neptuno permitirá que esta persona pueda alejar de sí misma sus temores el tiempo suficiente como para poder volver a ocupar un lugar en la sociedad.
Si la carta astral refleja unas ataduras realmente fuertes con el padre, es decir, ese tipo de ataduras que hacen que a la persona le resulte muy difícil poder alejarse de la influencia familiar, este tránsito puede indicar un período durante el cual el sujeto tenderá a reaccionar de forma negativa con respecto a su familia. Esta es una reacción para escapar tanto de los sentimientos como del poder que haya podido ejercer el padre en la personalidad del niño.
Pero podemos mudarnos a quinientas millas de casa y seguir dominados por esta influencia, ya que la influencia de Saturno se encuentra en nuestro subconsciente. En la vida real, el padre quizás no tenga ni idea de la forma de reaccionar que tiene su hijo con respecto a él, pero el niño se queda con la necesidad de exteriorizar esta influencia subconsciente. Y, si esta influencia no es manifestada, o ni siquiera es conocida, entonces, el problema puede llegar a complicarse. Durante un tránsito Neptuno-Satur-no, el joven adulto puede iniciar algún tipo de actividad que, más tarde, podría ser considerada como una forma de rebelión contra la familia. Pero, la probabilidad de que el joven adulto considere esta actividad como una forma de rebelión es realmente escasa.
Cuando este tránsito tiene lugar a una edad más avanzada, la rebelión puede ser incluso más sutil. Puede reflejarse a través del matrimonio con una persona a la que la familia no apruebe, o también es posible que el sujeto tienda a alejarse de todo cuanto pueda resultar de valor a su padre o despertar algún interés en él. Probablemente la persona se decante por un tipo de trabajo muy distinto al de su progenitor. Este tránsito también puede indicar un período durante el cual una persona, aparentemente feliz en su matrimonio, deja a su esposa y se implica en una relación con una pareja totalmente distinta a la anterior. Sea lo que sea lo que el padre haya podido grabar en la mente de su hijo como importante, esto cambiará en cuanto el niño empiece a liberarse a sí mismo de la influencia familiar y empiece a crearse su propia vida.
La clave para dominar este tránsito parece proceder de los cambios internos que están teniendo lugar en lo más profundo de nosotros mismos. De repente, nos sentimos interesados por hacer algo que, antes, jamás nos hubiéramos imaginado poder hacer. Antes, nunca nos hubiéramos creído capaces de hacer fuese lo que fuese y, ahora, los miedos parecen esfumarse, como mínimo hasta permitirnos a atrevernos a empezar las cosas y, entonces, nos damos cuenta de que, realmente, ¡somos capaces de hacerlas! Una vez realizado el cambio inicial, ya podemos utilizar el flujo de nuestra energía tal y como deseemos.

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