Signos opuestos y complementarios
En el zodíaco, algunas oposiciones entre signos resultan más evidentes que otras.
Esto no significa que unos signos sean más fuertes que otros, pero sí que unos cuantos se muestran más visibles, observables y marcados. De tal manera, las diferencias que existen entre los signos Virgo y Piscis son muy sutiles, discretas y están llenas de matices, puesto que los nativos y nativas de estos signos casi siempre tienen caracteres, sino introvertidos, al menos muy interiorizados. Incluso, a veces, la reserva y la discreción de Virgo y la tendencia a retirarse del mundo de los Piscis nos pueden inducir a confundirles. Y sin embargo, aunque cada uno de ellos pueda sentir perfectamente atracción por el otro, ambos tienen filosofías muy distintas.
Antinomia entre Virgo y Piscis
Entre ambos, la diferencia que salta a la vista se refleja esencialmente en el retraimiento en el nativo Virgo y la expansión de Piscis. Así, el primero se fija en todos los detalles de la vida práctica y material con los que se identifica, y a los que se aferra para sentirse seguro, puesto que, fundamentalmente, duda, carece de fe en la vida y de confianza en sí mismo; mientras que el segundo aspira a escapar, huir o ser liberado de las contingencias y vicisitudes de la vida cotidiana y de lo concreto, para poder satisfacer plenamente su sed de absoluto. Sus preocupaciones, por consiguiente, no son las mismas. El nativo Virgo se fija en el árbol, mientras Piscis contempla el bosque en su conjunto o desea conocerlo y aprehenderlo globalmente, por decirlo metafóricamente. En otras palabras, el nativo Virgo tiene una visión analítica de las cosas. Al contrario, la mirada del nativo Piscis hacia los seres y las cosas es sintética. Por eso, el nativo Virgo casi siempre vive con estrechez y en un espacio limitado donde todo está perfectamente bien organizado y definido (por supuesto, se trata de un retrato muy esquemático del nativo Virgo, ya que en realidad una persona, cualquiera que sea su signo natal, nunca es tan pura o caricaturesca, sino que se compone de características diversas, variadas y a veces contradictorias, que le hacen única en su género). Y su opuesto, el nativo Piscis, sobrepasa los límites que le son impuestos. Necesita el océano o el espacio. Nunca teme ahogarse ni perderse. Su búsqueda puede ser espiritual o mística, mientras que la del nativo Virgo resulta más bien materialista; aunque, por supuesto, su perfeccionismo puede engendrar escrúpulos en él que, a su vez, le induzcan a buscar determinado orden moral, tal vez también de carácter espiritual.
Atracción entre Virgo y Piscis
Incidentalmente, caemos en la enumeración de cualidades inherentes a cada uno de estos dos signos, que pueden constituir objetos de atracción, incluso simpatía, entre dos seres, uno de los cuales ha nacido durante el último mes del verano, mientras que el otro ha nacido durante el último mes del invierno. Por ejemplo, siendo esquemáticos, se puede decir que a Virgo le horroriza el infinito, la confusión y el desorden. Lo que no significa que no sienta nostalgia de sentirse libre y ligero, para así dejarse llevar por sus emociones, las cuales en general inhibe o retiene. Pero como a veces se suele decir respecto a los nativos de este signo, existen dos tipos de Virgo: el Virgo sensato y el Virgo loco. Ahora bien, en todos los nativos de este signo normalmente coexisten los dos componentes. Basta con estudiar a fondo la carta astral de cualquiera de ellos para darse cuenta. Pero sucede exactamente lo mismo con los nativos de Piscis, aunque no sea tan reconocido, ya que también se revela sensato o loco, alternativa o simultáneamente.
En este caso, el escepticismo y las dudas que alimenta el nativo Virgo algunas veces le convierten en sensato, razonable, calculador y metódico, y en otras en loco, descontrolado, lírico, crítico o delirante, como lo fueron, por ejemplo, Alfred Jarry, Antonin Artaud, o los universos novelescos de Mary Shelley, autora de Frankenstein, Agatha Christie o Edgar-Rice Burroughs, que creó el personaje de Tarzán. En cambio, la fe y la gran sensibilidad emocional guían al nativo Piscis, volviéndole unas veces sensato, inspirado, clarividente y profundo, y otras veces, víctima de su imaginación desbordada, de sus sueños, ilusiones y angustias, que toma por premoniciones, y de sus pasiones y emociones, que le sumergen y le ahogan.
Sin embargo, también sucede que su imaginación se muestra inspirada y creativa, como se puede constatar en la carta astral de Chopin —al que hemos escogido para ilustrar nuestras palabras-, nacido un 1 de marzo bajo el signo Piscis, con ascendente Virgo. En este caso, observamos en su carta astral que Mercurio, el regente del signo donde se sitúa su ascendente, está en la Casa VI, que evidentemente está en analogía con este signo, lo que hace suponer
que el gran compositor polaco debía tener un espíritu metódico, organizado, puntilloso y perfeccionista -que, digamos, son cualidades típicas de Virgo-, pero no desprovisto de originalidad, puesto que Mercurio está en Acuario. Estos aspectos de su personalidad se ven reforzados por la presencia de Urano (segundo regente de Acuario) en Escorpio y en la Casa III, en analogía con el signo Géminis, el primer signo que Mercurio rige, siendo Virgo el segundo. Ahora bien, Urano está en trígono con Venus, el Sol y Plutón, que forman un cúmulo en el signo Piscis y subrayan una gran imaginación creativa (conjunción Sol-Plutón) y una inspiración fuera de lo común, original, desarrollada, más profunda, incluso más visceral o instintiva, que brillante…
Las características opuestas y complementarias de los signos Virgo y Piscis
Virgo
Obsequiosidad y egocentrismo.
Reserva, discreción y moderación.
Espíritu analítico, puntploso y perfeccionista.
Tendencia a la Crítica y a la autocrítica.
Sentido del detalle y del presente.
Gusto por el método y la organización.
Carácter introvertido, disciplinado, escrupuloso y meticuloso.
Piscis
Entrega y abnegación.
Tendencia al abandono y a dejarse llevar.
Espíritu sintético, inspirado e intuitivo.
Naturaleza indulgente, tolerante y bondadosa.
Nostalgia del pasado, visión de futuro y huida del presente.
Falta de sentido práctico, confusión.
Carácter influenciable, cambios de humor y emocionalidad pasional.
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