El hombre Capricornio está bien preparado para cualquier viaje que emprenda y no importa si el viaje es físico, emocional o espiritual.
No le gustan las sorpresas. Tampoco le gusta verse complicado en la vida de otras personas y este desapego le permite concentrarse en sus objetivos.
Como jefe, puede ser un dictador, capaz de mandar a la gente que tiene a su alrededor con absoluta impasibilidad. Como empleado, no encontrará a un trabajador más entregado.
Disfruta con la compañía de mujeres vivaces, tal vez porque le hacen sentir más liviano y menos tenso. Una vez se ha comprometido en una relación tiende a ser monógamo.
La vida mejora para él cuando se hace mayor, porque ha aprendido que la disciplina no es tan importante como la compasión.