La lectura de las cartas españolas

Todos conocemos uno o más juegos de cartas con baraja española. Sin embargo, muy poca gente conoce la utilidad que tienen como sistema de adivinación. Por ese motivo, es preciso tener en cuenta ciertos aspectos básicos antes de comenzar.
En primer lugar, es importante comprender que el mazo de cartas destinado a la adivinación debe ser tocado sólo por la persona que realizará la lectura. Nadie más debe tocarlo y, por supuesto, no puede ser utilizado en juegos de mesa. Esto cargaría al mazo de energías distintas (muchas de ellas, negativas) que rápidamente imposibilitarían su uso como oráculo. Lo mejor es, además, conseguir cartas de buena calidad, con dibujos claros y confeccionadas en un buen cartón. Cuanto mejor sea el mazo de cartas en este aspecto, mayor será la solemnidad con la cual encararemos su consulta y más tiempo podremos disfrutar de su uso.
En segundo lugar, resulta muy importante envolver el mazo en un pañuelo de seda de cualquier color, preferentemente uno que sea especial para quien realizará la lectura. A su vez, este conjunto deberá conservarse dentro de una caja de madera. El cuidado de las cartas es uno de los puntos más importantes; un mazo mal cuidado, será un mazo que rápidamente perderá su energía.
Las cartas deben consultarse siempre y cuando quien las lea se encuentre en un estado óptimo. Esto significa que debe estar sereno, descansado y de buen ánimo. Una persona nerviosa, cansada, deprimida, preocupada o apresurada, no podrá realizar una lectura correcta. Es muy útil tener a mano siempre un vaso con agua que absorberá las tensiones y las energías nocivas, particularmente debido a que las personas que realizan la consulta suelen llegar con problemas graves que «cargan» el aire de tensiones. Si se deja un vaso con agua en la mesa en donde se realizará la lectura, será posible ver que, ante la visita de algunas personas muy afligidas o preocupadas, el agua comience a llenarse de burbujas. Este es un claro indicador de la presencia de energías negativas. Lo mejor es cambiar el agua regularmente, para que no pierda su capacidad de absorción.

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