Este símbolo de la cultura china representa la combinación e interrelación de dos fuerzas opuestas: masculino/femenino, claridad/oscuridad, etc.
El hecho de que aparezca en un sueño alude a la habilidad o torpeza que tenemos para transformar algo negativo (yin) en positivo (yang).
Es decir, para saber sacar enseñanzas de la adversidad y capitalizar las experiencias, por dolorosas que éstas sean.
Si en el transcurso del sueño nos sentimos bien, quiere decir que tenemos un carácter optimista y que miramos siempre el mejor lado de las cosas, sin engañarnos.
Por el contrario, los sueños angustiosos revelan una percepción equivocada de la realidad, o una tendencia a sentirnos como una diana hacia la cual se dirigen todos los problemas del entorno.
El hecho de que aparezca en un sueño alude a la habilidad o torpeza que tenemos para transformar algo negativo (yin) en positivo (yang).
Es decir, para saber sacar enseñanzas de la adversidad y capitalizar las experiencias, por dolorosas que éstas sean.
Si en el transcurso del sueño nos sentimos bien, quiere decir que tenemos un carácter optimista y que miramos siempre el mejor lado de las cosas, sin engañarnos.
Por el contrario, los sueños angustiosos revelan una percepción equivocada de la realidad, o una tendencia a sentirnos como una diana hacia la cual se dirigen todos los problemas del entorno.