Este mineral es utilizado, principalmente, para proteger la piel de los bebés; por lo tanto se relaciona con los cuidados recibidos en la primera infancia.
Echarle talco a un niño significa cuidar nuestro propio niño interior y nuestra vida emocional.
Si nos lo echan a nosotros es señal de que añoramos la protección que, en otros momentos, hemos recibido.
Echarle talco a un niño significa cuidar nuestro propio niño interior y nuestra vida emocional.
Si nos lo echan a nosotros es señal de que añoramos la protección que, en otros momentos, hemos recibido.