Este árbol es uno de los vegetales adoptados por la iglesia católica como símbolo de la Navidad, con el objeto de reemplazar al muérdago empleado por los druidas en las celebraciones del solsticio de invierno.
Sus bayas rojas, que aparecen tras el otoño, son tóxicas para el hombre; aun así, simbolizan el nacimiento.
Su presencia en un sueño, sobre todo si somos nosotros quienes recogemos esta planta, revela la intención de hacer algo en secreto; de realizar alguna obra, pero sin contar con la ayuda de nadie.
Si lo observamos colgado tras la puerta de casa, se puede considerar un augurio de buena suerte.
Sus bayas rojas, que aparecen tras el otoño, son tóxicas para el hombre; aun así, simbolizan el nacimiento.
Su presencia en un sueño, sobre todo si somos nosotros quienes recogemos esta planta, revela la intención de hacer algo en secreto; de realizar alguna obra, pero sin contar con la ayuda de nadie.
Si lo observamos colgado tras la puerta de casa, se puede considerar un augurio de buena suerte.