Los viajes en carruaje indican la forma en que nos movemos en la vida. Si es cerrado y tiene cuatro ruedas, como la carroza, el cupé, el faetón, la diligencia o el landó, quiere decir que somos conservadores, que nos apegamos a nuestros hábitos y costumbres y que los cambios que se producen en nuestro entorno nos resultan perturbadores.
Si el carruaje que vemos en el sueño es de cuatro ruedas pero abierto o con capota, como las berlinas o las calesas, significa que si bien somos previsores y amantes de la seguridad, estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de vida repentinamente si se nos presenta una oportunidad prometedora.
Los carruajes de dos ruedas, como el cabriolé o el tílburi, indican que quien va en ellos se deja llevar por las pasiones, que rehuye todo tipo de reflexión y que, a menudo, se mete en problemas.
En caso de ser el cochero, sin embargo, deberá entenderse que tiene un gran sentido común y que sabe dar a cada cosa la adecuada importancia.
Si el carruaje que vemos en el sueño es de cuatro ruedas pero abierto o con capota, como las berlinas o las calesas, significa que si bien somos previsores y amantes de la seguridad, estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de vida repentinamente si se nos presenta una oportunidad prometedora.
Los carruajes de dos ruedas, como el cabriolé o el tílburi, indican que quien va en ellos se deja llevar por las pasiones, que rehuye todo tipo de reflexión y que, a menudo, se mete en problemas.
En caso de ser el cochero, sin embargo, deberá entenderse que tiene un gran sentido común y que sabe dar a cada cosa la adecuada importancia.