Las condenas suponen la evidencia de una culpa por nuestra parte, por eso simbolizan la humillación pública.
Los sueños en los que somos condenados se relacionan a menudo con situaciones en las que hemos sido reconvenidos en público o en las que, por hablar demás, hemos deteriorado nuestra imagen.
Véase BANQUILLO, JUICIO.
Los sueños en los que somos condenados se relacionan a menudo con situaciones en las que hemos sido reconvenidos en público o en las que, por hablar demás, hemos deteriorado nuestra imagen.
Véase BANQUILLO, JUICIO.