Los racimos de uva son símbolos de fertilidad, de modo que representan un período de intensa concentración creativa.
En su relación con el vino, también auguran alegrías. Si se encuentran aún en la planta, indica que aún no ha llegado el momento de cosechar el fruto de los esfuerzos.
En su relación con el vino, también auguran alegrías. Si se encuentran aún en la planta, indica que aún no ha llegado el momento de cosechar el fruto de los esfuerzos.