Piscis Caballo

La calma aparente del Piscis y Caballo no es más que una capa protectora de su fragilidad

Los nativos de este signo son a la vez clarividentes y humanitarios. Dan mucho de sí mismos sin esperar nada a cambio, salvo una palmadita amistosa en la cabeza. En estos nativos, el Caballo modera mucho el egoísmo que emplea para adquirir su autonomía. Piscis enseña al Caballo a pasar inadvertido y le muestra las maravillas de la clarividencia.
El Piscis Caballo típico es demasiado gentil. El dinamismo del Caballo resalta las buenas cualidades de Piscis (creatividad, compatibilidad y comprensión). Este nativo a veces sacrifica mucho de su tiempo para los demás y se olvida de ocuparse de sí mismo. Es propenso a la reserva pero le gusta ser popular. Si encuentra la protección de una persona sólida que desee verlo alcanzar sus objetivos, podrá llegar lejos. Su indudable originalidad y sus raras capacidades sólo necesitan encontrar un sendero seguro que lo saque de las tinieblas. Entonces podrá conquistar grandes honores en el mundo.
Este talentoso Piscis nacido con la brillantez y la destreza del Caballo puede ser persuasivo y extremadamente apreciado. Su naturaleza de Caballo le permite aprender la rudeza y el pragmatismo. Pero a veces Piscis prefiere el anonimato a la gloria, pues considera que el camino al éxito es demasiado largo y escarpado. El Piscis Caballo tiene el don de ver más allá del presente y esto le resulta una seria desventaja. Cuando se dispone a vivir se choca con la cegante luz del porvenir. Puede predecirlas dificultades y preverlos obstáculos. Entonces, renuncia antes de comenzar.
La vida y todas sus locas peregrinaciones le parecen casi fútiles a este sujeto. La gente y sus existencias increíblemente complicadas le causan ganas de reír y bromear. Este hipocampo efímero se divierte viendo que todos se toman todo demasiado en serio.
Por naturaleza, el Caballo es siempre un poco rebelde, dispuesto a salir bruscamente al galope. Unido a Piscis, se convierte en una suerte de bohemio hedonista que no pide otra cosa que dormir bajo las estrellas. Si esta actitud «a mí qué me importa» dominara la personalidad del Piscis Caballo, podría tornarse en víctima, resignado y estoico. Este nativo no es muy combativo. Puede inflamarse brevemente en la juventud, haciéndose el revolucionario o el valentón. Pero hacia los veinte años la mayoría de estos sujetos se ocupa de desarrollar las capacidades que le permitirán ganarse la vida, o se encuentra en Katmandú en busca de su identidad. El Piscis Caballo puede descubrir su pasión a edad muy temprana y conservarla toda la vida.

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