Un copiloto de lujo
Lo suyo no es el volante. Conduce sólo cuando es estrictamente necesario. Si le es posible, cede su puesto de inmediato. Prefiere deleitarse con el paisaje.
Cuando no tiene alternativas, maneja con cuidado y bajo uno tensión extrema.
Un defecto: Su emotividad puede hacerte perder el control del automóvil.
Si va solo en el coche, trate de no sumergirse en recuerdos de amores pasados, porque un árbol, otro conductor o una banquina pueden hacerlo volver bruscamente a la realidad.
Cuando no tiene alternativas, maneja con cuidado y bajo uno tensión extrema.
Un defecto: Su emotividad puede hacerte perder el control del automóvil.
Si va solo en el coche, trate de no sumergirse en recuerdos de amores pasados, porque un árbol, otro conductor o una banquina pueden hacerlo volver bruscamente a la realidad.