Leo y Acuario

Signos opuestos y complementarios

Ambos son signos fijos. El primero, Leo, se halla situado en pleno verano, y el segundo, Acuario, en lo más profundo del invierno. Ambos tienen cualidades que se pueden comparar con estas dos estaciones opuestas. De tal manera, en una época en que los hombres y las mujeres todavía estaban en estrecho contacto con el medio natural, del que dependían, y eran también más sensibles a los elementos, es fácil imaginarse cómo y por qué un recién nacido no tenía exactamente la misma constitución, ni el mismo temperamento, ni la misma morfología según naciera en verano, bajo el calor del Sol, o en pleno invierno, con un frío glacial. De hecho, no sólo cambian las costumbres y las actitudes en la vida cotidiana, sino que también difieren los comportamientos y las costumbres de los individuos según vivan en un clima estival o invernal. Actualmente todavía se puede observar esto a menudo en función de las latitudes durante las estaciones de verano y de invierno.

Antinomia entre Leo y Acuario

La oposición más flagrante entre los nativos de estos dos signos parece manifestarse a través del contacto que justamente cada uno establece con el medio natural.
En efecto, de entrada, el nativo Leo tiende a considerar el mundo, y su medio natural en particular, como su te-
rritorio. Le pertenece. Lo domina instintivamente. Reina sobre él de forma espontánea. Extrae y toma de él todo lo que necesita, sin complejos, considera que todo le pertenece o bien que todo se le debe. Por supuesto, describimos un perfil burdo y esquemático del nativo Leo a propósito, para poner de relieve su dialéctica fundamental y su gran principio básico y ver cómo se opone esto a las características del nativo Acuario. En cuanto a éste, de entrada, tiende más bien a considerar que él pertenece al mundo, en lugar de pensar que el mundo le pertenece. Ahora bien, así como el nativo Leo aparece en el mundo y en la vida en un medio rico y hospitalario -al estar el signo Leo en analogía con el período del año durante el cual el Sol está en su cénit y cuando se recoge la cosecha-, el de Acuario puede albergar el sentimiento de que nace en un medio hostil, pues durante la estación con la que su signo está en afinidad hace mucho frío y la tierra es estéril. Ambos nativos, pues, adoptan comportamientos diametralmente opuestos. El primero, al sentirse rico en un medio próspero, ejerce su dominio con naturalidad dando muestras de nobleza y generosidad respecto a quienes no tienen sus ventajas; el segundo, al sentirse desprovisto o desarmado en un medio austero, desarrolla con naturalidad un espíritu de independencia, mostrándose al mismo tiempo solidario con quienes, como él, son víctimas de su contexto o entorno.

Atracción entre Leo y Acuario

Sin embargo, cada uno a su manera, son orgullosos e indomables. En el nativo Leo este orgullo tiende a la soberbia, a veces incluso a la arrogancia y a la tiranía, características de su personalidad que jamás carecen de calor humano ni de una voluntad ostentosa de ser amado y admirado. Su carácter indomable se manifiesta queriendo siempre ser dueño de sí mismo, de las circunstancias y de las situaciones. En cuanto al nativo Acuario, su orgullo se manifiesta a través de su insolencia o su impertinencia y su rechazo a las convenciones, que no excluye una gran flexibilidad de espíritu y una gran capacidad de adaptación a las situaciones más variadas. Su carácter indomable se percibe en su voluntad de independencia, a veces incluso en su indisciplina o en su inestabilidad. Pero, por motivos diferentes, ambos pueden acabar coincidiendo en muchas cosas. Por ejemplo, el nativo Leo, que quiere ser amado y admirado, como ya hemos subrayado, es capaz de mostrarse magnánimo, generoso, benévolo, y el nativo Acuario, para preservar mejor su libertad, da muestras de tolerancia, de solidaridad y altruismo. Pero ni uno ni otro se deja dominar ni someter fácilmente, el primero mostrándose inflexible y siempre dueño de sí mismo, el segundo, mostrándose tan flexible, dinámico, adaptable y original, que se vuelve inaccesible.
Para ilustrar nuestras palabras, hemos elegido la carta astral de Mark Spitz, el nadador norteamericano que se hizo mundialmente célebre llevándose siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, ejerciendo así su supremacía. Nacido un 10 de febrero bajo el signo de Acuario, con el ascendente en el signo Leo, parece que, en un primer momento, las características del signo del león le dominaron, llevándole a realizar hazañas espectaculares y a obtener la gloria y las ventajas que ya sabemos. Pero también podemos entender que, al hacerlo, adquirió su independencia, empleando sin embargo cualidades típicas del signo Leo -disciplina, valor, dominio de sí mismo, confianza en sí mismo, fuerza, ambición, voluntad de dominar-, pero de una manera paradójica, como un nativo Acuario, distinguiéndose así de su medio familiar, que no aprobaba su afición por la natación de competición, y aprovechando también las circunstancias, es decir, de que sus padres se instalaran en Hawai, donde cada día iba a nadar solo a Waikiki Beach.

Las características opuestas y complementarias de los signos Leo y Acuario

Leo Acuario
Gusto por el poder y el dominio Capacidad de adaptación, flexibilidad y permisividad
Voluntad de imponerse Voluntad de independencia
Carácter orgulloso y dominio de sí mismo Ausencia de amor propio
Confianza en sí mismo, necesidad de imponerse Carácter solidario, altruista
Gran ambición Falta de ambición
Sentido del honor, ansia de reconocimiento y admiración Carácter inconformista, anticonvencional
espíritu libre
Autoritarismo e intransigenci Tolerancia e indulgencia
Egocentrismo, pero generosidad o prodigalidad Individualismo, pero sentido innato para compartir

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