Neptuno: las visiones, los engaños
Lo oculto, lo psíquico, las visiones espirituales, las ilusiones, el inconsciente. Este planeta estimula la imaginación, los sueños, las experiencias psíquicas, la inspiración artística, los destellos de conciencia, las tendencias místicas. En su lado negativo, se relaciona con todas las formas de escapismo: adicción a las drogas o al alcohol, y también el engaño.
Neptuno, al igual que Urano, vence la rigidez de Saturno. Donde Urano interrumpe esta rigidez, Neptuno simplemente la niega. Este planeta está considerado la octava superior de Venus, y cuando funciona en la carta de un alma evolucionada, música es extraordinaria. El ya citado Edgar Cayce era uno de esos individuos. Mientras estaba dormido, era capaz de diagnosticar las enfermedades físicas de personas a las que no conocía de nada, y no utilizaba nada más que sus nombres para ello.
La mayoría de nosotros experimentamos a Neptuno a través de los acontecimientos sincrónicos y los destellos de toma de conciencia que parecen provenir de ninguna parte. O nos perdemos a nosotros mismos en las ilusiones y engaños que hemos creado. La mejor manera de apreciar la energía de Neptuno es desde el punto de vista de la contemplación silenciosa: la meditación, el yoga, escuchar música, escribir relatos de corte imaginativo o a través de alguna actividad que tenga que ver con el agua.
Neptuno nos pide ir más allá del universo del ego, del hambre y de la agresión sin sacrificar nuestra capacidad de funcionar como personalidades individuales. Neptuno tarda 165 años en cruzar el Zodíaco y pasa unos catorce años en cada signo. La casa doce es su dominio natural y rige Piscis. También rige la navegación, el baile, las películas y las artes en general, y está relacionado con los médium, clarividentes, curanderos psíquicos y con la magia, tanto la blanca como la negra.