El acto de acurrucarse, de envolverse en sí mismo, indica la necesidad de autoprotegernos, sobre todo en el plano afectivo.
Si en el sueño nos vemos en esta posición o sentimos el impulso de replegarnos sobre nosotros mismos, ello constituye una señal de que se avecinan tormentas emocionales; de que las relaciones personales están creando algunos problemas que aún no han aflorado al nivel de conciencia y que nuestro subconsciente nos prepara para afrontarlas.
Dejar que alguien se acurruque a nuestro lado significa que nuestras emociones están en calma y que, por ello, podemos mostrarnos afectivamente generosos y brindar cuidados y afecto a los demás.
Si en el sueño nos vemos en esta posición o sentimos el impulso de replegarnos sobre nosotros mismos, ello constituye una señal de que se avecinan tormentas emocionales; de que las relaciones personales están creando algunos problemas que aún no han aflorado al nivel de conciencia y que nuestro subconsciente nos prepara para afrontarlas.
Dejar que alguien se acurruque a nuestro lado significa que nuestras emociones están en calma y que, por ello, podemos mostrarnos afectivamente generosos y brindar cuidados y afecto a los demás.