En esta mezcla se combinan dos elementos de naturaleza diferente: el ajo, fuerte y en ocasiones picante, que tiene relación con la agudeza mental; y el aceite, lubricante por excelencia.
Ambos conforman esta salsa untuosa que simboliza la percepción aguda de los defectos ajenos y, al mismo tiempo, la diplomacia necesaria para lograr que se corrijan.
Ambos conforman esta salsa untuosa que simboliza la percepción aguda de los defectos ajenos y, al mismo tiempo, la diplomacia necesaria para lograr que se corrijan.