La forma de conducir indica la manera en que nos enfrentamos a las diferentes sorpresas que nos da la vida.
Si vamos a mucha velocidad quiere decir que nos desagrada perder el tiempo.
Sin embargo, lejos de ser una virtud o algo conveniente, eso muestra que tenemos una fuerte ambición y que no nos damos tiempo para el ocio.
De este modo difícilmente alcancemos la paz interior.
La conducción a velocidad normal, relajados, señala que sabemos tomarnos las cosas con calma y que sabemos establecer una escala de prioridades coherente.
En caso de conducir muy lentamente, debemos interpretar que avanzamos por la vida con miedo, que vemos el mundo exterior como un lugar peligroso.
Eso frena mucho nuestra iniciativa y hace que no saquemos el máximo partido de nosotros mismos.
Véase COCHE, VEHÍCULO.
Si vamos a mucha velocidad quiere decir que nos desagrada perder el tiempo.
Sin embargo, lejos de ser una virtud o algo conveniente, eso muestra que tenemos una fuerte ambición y que no nos damos tiempo para el ocio.
De este modo difícilmente alcancemos la paz interior.
La conducción a velocidad normal, relajados, señala que sabemos tomarnos las cosas con calma y que sabemos establecer una escala de prioridades coherente.
En caso de conducir muy lentamente, debemos interpretar que avanzamos por la vida con miedo, que vemos el mundo exterior como un lugar peligroso.
Eso frena mucho nuestra iniciativa y hace que no saquemos el máximo partido de nosotros mismos.
Véase COCHE, VEHÍCULO.