El cáliz es un objeto litúrgico que no sólo cumple su función en la misa sino que ha sido utilizado en diversos rituales.
Forma parte de los símbolos ligados al espíritu y representa el sacrificio, la ofrenda a dios.
Si bebemos con un cáliz quiere decir que estamos pasando por un período poco afortunado de nuestra vida pero que nos resignamos a ello con la confianza en que, más adelante, vendrán tiempos más felices.
En este sentido, el cáliz puede significar que se ha superado el punto más crítico de la situación y que, a partir de ahora, todo irá paulatinamente mejor.
Un cáliz roto simboliza la rebeldía, la no aceptación del propio destino y la ira ante las situaciones problemáticas o poco felices que tengamos que afrontar.
Forma parte de los símbolos ligados al espíritu y representa el sacrificio, la ofrenda a dios.
Si bebemos con un cáliz quiere decir que estamos pasando por un período poco afortunado de nuestra vida pero que nos resignamos a ello con la confianza en que, más adelante, vendrán tiempos más felices.
En este sentido, el cáliz puede significar que se ha superado el punto más crítico de la situación y que, a partir de ahora, todo irá paulatinamente mejor.
Un cáliz roto simboliza la rebeldía, la no aceptación del propio destino y la ira ante las situaciones problemáticas o poco felices que tengamos que afrontar.