Los visillos dejan pasar la luz que viene del exterior pero, al mismo tiempo, protegen el interior de las miradas ajenas. Simbolizan la discreción, el gusto por la intimidad y la necesidad de recogimiento.
Si estamos en un recinto que tiene los visillos extendidos quiere decir que nos importa mucho la valoración que los demás puedan hacer de nosotros.
Incluso, que nos gusta vivir de las apariencias.
Si, en cambio, los visillos están recogidos, significa que nos gusta el intercambio con los demás, que sentimos que no tenemos nada que ocultar en la que llevamos una vida abierta y que consideramos productivo el trabar nuevas relaciones o nuevas amistades.
Si estamos en un recinto que tiene los visillos extendidos quiere decir que nos importa mucho la valoración que los demás puedan hacer de nosotros.
Incluso, que nos gusta vivir de las apariencias.
Si, en cambio, los visillos están recogidos, significa que nos gusta el intercambio con los demás, que sentimos que no tenemos nada que ocultar en la que llevamos una vida abierta y que consideramos productivo el trabar nuevas relaciones o nuevas amistades.