Por lo general, los sueños en los que vivimos grandes adversidades constituyen un buen augurio.
Indican que nuestra mente está en proceso de limpieza, de eliminación de cosas superfluas que en realidad no necesitamos para ser felices, y que está disponiéndose a entrar en una nueva etapa mucho más madura y productiva.
Indican que nuestra mente está en proceso de limpieza, de eliminación de cosas superfluas que en realidad no necesitamos para ser felices, y que está disponiéndose a entrar en una nueva etapa mucho más madura y productiva.