Es el símbolo del cristianismo por excelencia y representa el máximo sacrificio.
Casi siempre anuncia épocas difíciles en las cuales deberemos hacer uso de paciencia y resignación.
Sin embargo, también auguran un fortalecimiento espiritual y la paz interior en medio de la adversidad.
Casi siempre anuncia épocas difíciles en las cuales deberemos hacer uso de paciencia y resignación.
Sin embargo, también auguran un fortalecimiento espiritual y la paz interior en medio de la adversidad.