Las discapacidades físicas que tenemos en los sueños señalan la imposibilidad de llevar a cabo ciertas aptitudes mentales o afectivas.
Si el problema está centrado en los brazos, por ejemplo, es señal de que no sabemos transmitir el afecto que sentimos, que a menudo se nos exige más ternura o mayor implicación en las relaciones íntimas.
En caso de que el trastorno esté localizado en las extremidades inferiores quiere decir que no ponemos en juego todo nuestro potencial para conseguir un trabajo mejor.
Si tenemos dificultades en la vista, es señal de que nos negamos a ver la realidad, que la reemplazamos con nuestro mundo de fantasía.
Los problemas auditivos, en cambio, señalan la tendencia a no tener en cuenta las opiniones ajenas.
Véase CEGUERA, OTITIS.
Si el problema está centrado en los brazos, por ejemplo, es señal de que no sabemos transmitir el afecto que sentimos, que a menudo se nos exige más ternura o mayor implicación en las relaciones íntimas.
En caso de que el trastorno esté localizado en las extremidades inferiores quiere decir que no ponemos en juego todo nuestro potencial para conseguir un trabajo mejor.
Si tenemos dificultades en la vista, es señal de que nos negamos a ver la realidad, que la reemplazamos con nuestro mundo de fantasía.
Los problemas auditivos, en cambio, señalan la tendencia a no tener en cuenta las opiniones ajenas.
Véase CEGUERA, OTITIS.