La muerte, en sueños, también es un símbolo y no el anuncio de una defunción.
Cuando en las imágenes oníricas se vive el propio fallecimiento, por lo general lo que se siente no es la angustia de dejar este mundo sino una paz infinita, una serenidad desconocida en la vida real.
Estos sueños son muy importantes, ya que nos preparan para ver la muerte como parte de un proceso natural, como un cambio de estado y no como un trágico final.
Si quien muere es otra persona, quiere decir que nuestra relación con ella o con quien represente cambiará drásticamente. Lo más probable es que se produzca un distanciamiento definitivo.
Cuando en las imágenes oníricas se vive el propio fallecimiento, por lo general lo que se siente no es la angustia de dejar este mundo sino una paz infinita, una serenidad desconocida en la vida real.
Estos sueños son muy importantes, ya que nos preparan para ver la muerte como parte de un proceso natural, como un cambio de estado y no como un trágico final.
Si quien muere es otra persona, quiere decir que nuestra relación con ella o con quien represente cambiará drásticamente. Lo más probable es que se produzca un distanciamiento definitivo.