Quien ha sido víctima de la envidia ajena suele tener diversos problemas en su vida cotidiana.
Algunas de estas señales le permitirán saber si usted ha sido o no afectado:
• Soñar con serpientes.
• Tener una visión de un ángel boca abajo, en el rincón de su casa.
• Despertar en la madrugada sintiendo sonidos de cadenas y platillos.
• Ver una copa de cristal rota y ajena en su domicilio
• Si su perro aulla o muestra una conducta extraña y no quiere comer ni dormir.
• Si en su domicilio comienzan a romperse inexplicablemente algunas de sus pertenencias.
En cualquiera de estos casos, usted deberá quemar un puñado de azúcar negra a las doce del mediodía (preferentemente del 24 de diciembre), esparciendo el humo por las habitaciones principales; luego se sentará a meditar y hablará en voz alta, agradeciendo a la vida por lo que posee y afirmando que usted es un ser de la luz que merece la felicidad.
Luego de esparcir el humo, barra la casa y coloque la escoba o escobillón detrás de la puerta durante todo un día, ya que de este modo alejará a los malos espíritus que allí se encuentren.
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