El número 7 en la cultura judía

Es en el Génesis, del Antiguo Testamento, donde el número 7 aparece en una de sus primeras manifestaciones, la creación del mundo por obra divina:

Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo (…) y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó» (Génesis 2:2-3)

Más adelante, cuando Dios decida castigar a ese mundo con el Diluvio Universal, volverá a repetirse el mismo número. Así, el Creador elije a Noé para que preserve la vida, encomendándole que proteja en el arca a siete ejemplares de cada especie:

De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y hembra (…) también de las aves de los cielos, siete parejas (…) para conservar viva la especie sobre la faz de la Tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover (…) y raeré de la faz de la Tierra a todo ser viviente que hice» (Génesis 7:2-4)

Por otra parte, el número siete también está presente en los rituales y en las fiestas judías. Por ejemplo, la fiesta de las cosechas duraba exactamente siete semanas después de la primavera; a la tierra se la dejaba descansar por siete años y las grandes asambleas se realizaban regularmente el séptimo mes del año.
Es tan repetitiva su aparición en el Antiguo Testamento que se podrían llenar páginas con sus intervenciones en la historia de este antiguo pueblo semita.
Algunas son:
• Las siete lámparas del Tabernáculo (Éxodo 37:23).
• La sangre esparcida siete veces (Levítico 16:19).
• Los siete caminos de los enemigos de Jeho-vá (Deuteronomio 28:7).
• El Templo de Salomón construido en siete años (1 Reyes 6:38).
• Las siete plagas (Éxodo 7 y Zacarías 3:9, 4:2, 4:10).
• La postración siete veces (Génesis 33:3).
• El sueño del Faraón (Génesis 41:2-3, 41:6 y 41:27-29).

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