Ley de correspondencia

Su lema es: Cómo es abajo es arriba, cómo es arriba es abajo.

Esto significa que toda acción y condición se reproduce o tiene su «correspondencia» en todos los planos de la existencia. Cuando hablamos de «arriba» o «abajo», precisamente nos referimos a estos planos. La materia, el mundo que nos rodea, el cuerpo físico son considerados los planos de «abajo» -lo más primitivo, lo que está en menor grado de evolución-.
En cambio, cuando hablamos de «arriba» hacemos mención a los planos más sutiles que no se detectan a través de los cinco sentidos físicos; de los cuales, sin embargo, somos parte. Ellos son el plano mental y el plano emocional, los que a medida que se van sutilizando alcanzan el estado más puro que es el espiritual.
Sabemos que somos un Microcosmos, una réplica exacta del Macrocosmos, extemo a nosotros, con todas las condiciones necesarias para autosostenernos y crear.
El sistema solar, por ejemplo se reproduce en nuestro sistema circulatorio. El movimiento de inhalación y exhalación del Cosmos, se reproduce en nuestra respiración. Aquí «abajo» somos como «arriba». Todo lo que se da a gran escala se repite en escala pequeña. Hasta que no alcancemos niveles de elevación, poco y nada podremos comprender la verdadera naturaleza de los planos más sutiles.

Cómo armonizar con este principio

Si toda acción y condición se refleja en todos los planos, al observar nuestro estado de salud o de finanzas, por ejemplo (planos de «abajo»), nos daremos cuenta en qué nivel espiritual estamos, cómo están nuestros pensamientos y sentimientos.
Nuestro mal estado de salud o de finanzas afectará nuestro estado de ánimo y nos generará pensamientos negativos, porque hay una estrecha retroalimentación entre ambos planos.
Es necesario hacer de esta correspondencia un reflejo armónico.
Cuidar la alimentación y nuestro estado físico podrá contribuir a despejar la mente y serenar las emociones. El estado de paz interior modificará nuestros actos cotidianos impulsándonos a realizar lo mejor para nosotros mismos.

Las 7 leyes cósmicas de la Fortuna

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *