Ley de polaridad

Su lema es: Todo es dual. Todo tiene dos polos, todo sv par de opuestos. Los semejantes y los antagónicos son lo mismo. Los opuestos son idénticos en su naturaleza pero diferentes en grado. Los extremos se tocan. Todas las paradojas pueden reconciliarse.

Todo lo manifestado es bipolar. Entre ambos polos existen innumerables grados: entre el frío y el calor, existen muchos grados de temperatura; entre el amor y el odio, muchos grados de sentimientos; entre el blanco y el negro, muchos grados de coloración. Por ello decimos que son idénticos en naturaleza pero diferentes en grado. El polo opuesto del calor no podría ser el blanco ni el polo opuesto del amor podría ser el frío.
La ley de Polaridad afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse. Será cuestión de ubicarse en cada caso en un grado intermedio.
Los extremos se tocan: si viajamos constantemente hacia el Este apareceremos por el Oeste. Esto significa que no sabemos exactamente en qué punto termina el Este y comienza el Oeste.
Conociendo este principio podremos transmutar un estado mental en otro. Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas a otras, pero sí las de su misma clase. El odio puede transmutarse en amor, el miedo en valor y viceversa, depende de las vibraciones del sujeto (Principio de Vibración).

Cómo armonizar con este principio

En este sentido, podemos repolarizar situaciones en el hogar, en el trabajo, en el rendimiento de los hijos, en las finanzas, etc. La mayoría de los tratamientos mentales por oración se obtienen aplicando este principio. De modo que si lo aplicáramos con un interés distinto que el del bien, o con un interés egoísta, como retribución recibiríamos los efectos de lo que causamos, en su misma vibración y clase (ver ley de Causa y Efecto).
Cuando reconocemos el Cristo en otros y en nosotros mismos, estamos elevando nuestras vibraciones y las del lugar y situándonos en un polo de perfección.
Un metafísico sabe que la enfermedad es una mentira creada por un ser de baja vibración y no reconocida por Dios. Con sólo recordar esto, se sitúa en el plano de la verdad y acelera las vibraciones del lugar, ayudando en la sanación. Lo mismo ocurre cuando se enfrenta con estados de ánimo deprimidos, encaminándose hacia el polo de la alegría.

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