Ley vibracional

Su lema es: Todo está en movimiento, todo vibra.

Esta verdad nos hace tomar conciencia de la limitación de nuestros órganos sensoriales. En efecto, una piedra vibra; pero lo hace tan lentamente que nuestra frecuencia visual no lo capta y por ello decimos en forma seria y hasta les enseñamos a nuestros niños en la escuela, que es materia inerte y carente de vida. Todo vibra, por lo tanto todo tiene una forma particular de vida propia. El oído humano puede captar hasta ciertas frecuencias auditivas; los animales, más allá aún de estas frecuencias.
Esto no significa que lo que no oímos no exista. Del mismo modo, una hormiga tendría derecho a negar la copa de los árboles, porque desde el suelo no alcanza a distinguirla.
El pensamiento positivo vibra a una frecuencia altísima. El pensamiento negativo vibra lenta y densamente; por lo tanto, el primero no puede ser dominado por una vibración baja a menos que su dueño se deje llevar hacia un pensamiento negativo. Vibrando a gran altura espiritual no nos contaminarán los odios y resentimientos del mundo que nos rodea.

Cómo armonizar con este principio

Los planos bajos, donde habitan seres que aún no han alcanzado la luz y también se almacenan las bajas intenciones, pensamientos y deseos de la humanidad, son de muy baja vibración, y si no controlamos nuestro pensamiento (Ley del Menta-lismo) y no estamos continuamente conectados con los planos de «arriba» (Ley de Correspondencia), es fácil que nos arrastren en su baja vibración, hacia «abajo».
Los pensamientos y estados de ánimo al ser lanzados hacia afuera van golpeando cuerpos afines y aumentan el bien o el mal en otras mentes. Esta es otra infracción humana, aumentar con nuestras propias bajas vibraciones la cólera, la ira y el crimen. Cuando vibramos elevadamente tenemos contacto con Dios, podemos curar enfermedades y resolver problemas.

Las 7 leyes cósmicas de la Fortuna

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *