Silvestre II ¿el papa esotérico?

esoterismo

Silvestre II

Entre el mito y la leyenda, entre la espiritualidad y el esoterismo, la figura de este papa continua intrigando a los hombres del tercer milenio.

Cabezas parlantes, relojes de agua, máquinas precursoras de las computadoras son algunos de los inventos del increíble Gerbert d’Aurillac, el misterioso Papa del Año 1000.
Acusado de pactar con el diablo y de inspirarse en obras de autores herejes, este sabio medieval fue un adelantado en su tiempo, un esoterista que buscó en la cabala, el sufismo, la astrología y hasta en el islamismo una fuente renovadora de sabiduría.

Quizá uno de los puntos mas sacrilegos que le atribuyen a Gerbert sus detractores fue su lectura del Corán en árabe o de las obras de Rhazes, un famoso alquimista. Cuentan que, tras tantas lecturas y reflexionen, Gerbert tuvo una suprema visión.

Implorando a Dios que le brindara un sentido a la vida, una luz deslumbradora se proyectó sobre él y pudo escuchar estas palabras, recogidas por sus biógrafos: Yo soy Aquel que tú buscas. Solamente en mí están la Sabiduría, el Conocimiento de las leyes y la Verdad Universal.

La luz desapareció, pero Gerbert sintió nuevas fuerzas para continuar su búsqueda. Sin lugar a dudas, fue un Papa original, creativo, pero también sumamente respetuoso y religioso.

Nacimiento de un iluminado

Leyenda negra

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