El Dragón intentará domar al rebelde Caballo
Las relaciones entre ellos suelen ser intensas y duraderas, no por eso exentas de conflictos. El rutilante Dragón fascina al Caballo, que al principio lo seguirá sin vacilar, pero al cabo del tiempo cuando se descubra a sí mismo, siguiendo todas las instrucciones que este le da, comenzará a sentirse atrapado. Tanta necesidad de independencia no resulta comprensible para el gran Dragón, él sólo desea proteger y guiar a su chúcaro compañero, el que parece entender todo a su manera.
La comprensión entre ellos, por lo tanto no será fluida, la inicial atracción pronto se verá interferida, por múltiples discusiones y un constante enfrentamiento de egos. No obstante este encuentro suele ser habitual, no por eso alcanza la necesaria armonía.
Relacionamientos intensos se producen entre estos nativos, pero alcanzar juntos la felicidad no les será fácil, puesto que un natural choque de egos romperá la armonía general, una y otra vez, produciendo poco a poco quiebres y rupturas difíciles de arreglar.
La comprensión entre ellos, por lo tanto no será fluida, la inicial atracción pronto se verá interferida, por múltiples discusiones y un constante enfrentamiento de egos. No obstante este encuentro suele ser habitual, no por eso alcanza la necesaria armonía.
Relacionamientos intensos se producen entre estos nativos, pero alcanzar juntos la felicidad no les será fácil, puesto que un natural choque de egos romperá la armonía general, una y otra vez, produciendo poco a poco quiebres y rupturas difíciles de arreglar.
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