Leo Serpiente

El que pertenece a Serpiente nacido bajo el signo de Leo siempre tiene razón

Inclusive cuando se equivoca. En cualquier caso, se siente absolutamente seguro de estar en lo cierto. Y con frecuencia así es, sobre todo en lo referente a sí mismo y sus objetivos personales. Sabiduría y clarividencia forman parte del legado de la Serpiente. Pero la alianza de la reflexiva Serpiente con el León, aunque éste le confiera brillo y calor, inclina a este sujeto a la vanidad. Por lo tanto la Serpiente, de por sí extravagante y presuntuosa, se ve obligada a transportar un exceso de equipaje que adquiere la forma de un engreimiento difícil de desinflar.
Por supuesto, cualquiera que crea tener siempre e indudablemente la razón se expone con frecuencia a equivocarse por completo. Los extremos se tocan. Como dicen los franceses, «por más alto que uno esté sentado, siempre conviene recordar que de todos modos está sobre su trasero». Pero para un Leo Serpiente aceptar su orgullo como una locura ocasional, o humillarse lo suficiente para aceptar ayuda o consejo, es algo que está más allá de él. Este nativo es de esas personas que, con una sonrisita indulgente, dicen: «¡No seas ingenuo! Yo sé muy bien lo que hago». Y en cuanto uno se da vuelta para irse, dejando al presuntuoso Leo Serpiente balanceándose al borde de su abismo preferido, oye el estruendo de su caída. Pero él no es de los que se quejan.
Los Leo Serpientes llegan invariablemente a cimas a las que acceden gracias a su encanto y su seducción, a pesar de que no utilizan estas armas de manera intencionada: exudan, irradian, emanan seducción. Aunque uno no se proponga prestarles atención, estos nativos, con su sola presencia, atraen silenciosamente las miradas.
A medida que se los va conociendo mejor, los Leo Serpientes se sueltan y se muestran más amistosos y abiertos. Necesitan la amistad y son leales con sus amigos. Pero sea cual fuere el grado de amistad que tengan con una persona, jamás le permitirán que les dé consejos. Ellos sí se lo pasarán diciendo: «Deberías hacer esto» o «No deberías hacer aquello», pero no tolerarán semejantes tonterías de parte de los otros. ¿Cómo se atreve usted a pretender saber lo que ellos tienen o no tienen que hacer?
En el fondo, estos nativos alimentan pensamientos de grandes gestos de caridad y actos filantrópicos. Creen de verdad que un día podrán hacer una generosa donación que atenuará los males de la sociedad o ayudará a los hambrientos. Pero pocas veces van más allá de adoptar a un huérfano o cortar la cinta de inauguración de un jardín de infantes. No es que sean negligentes, sino que se encuentran demasiado absorbidos por sus propias tragedias y pérdidas (y tienen muchas, pobrecitos) como para convertir en realidad las grandes hazañas con las que sueñan.
El Leo Serpiente no puede vivir feliz sin montañas de adornos. El más pobre de estos nativos se las arreglará para vestir a la moda, fumar con boquilla de marfil y mirar el mundo a través de un fino velo de tul. El Leo Serpiente posee una clase y un estilo naturales y, aunque haya nacido feo, siempre parece bello. Sobre todo, tiene un porte y una mirada que lo torna irresistible.

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