Numerología en Babilonia

A partir de las tablillas de arcilla recuperadas de los pueblos que habitaron a orillas del Eufrates, es posible afirmar que los babilonios fueron los primeros matemáticos de la Antigüedad.
Los babilonios desarrollaron el sistema numérico de base 60, que está vigente en nuestro calendario y en la manera de medir las horas hasta el día de hoy. Fueron los primeros en dividir el día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos.

El número de oro

Los investigadores atribuyen a los babilonios el descubrimiento del «Número áureo», la «proporción áurea» o la «divina proporción». Es el número algebraico 1,618, que marca las relaciones geométricas que se hallan en toda la Creación. Por ejemplo, la disposición de los pétalos de las flores, la distribución de las hojas en un tallo, la relación entre las ramas principales y el tronco, la de las espirales en la concha de un caracol marino están determinadas por la divina
proporción. De la misma manera, están conformadas las relaciones de medida en el cuerpo humano: entre la altura de la persona y su ombligo, entre la distancia del hombro y los dedos, entre el codo y los dedos, y entre las falanges, puede rastrearse el número de oro.

De la Tierra al Cielo

Las matemáticas surgieron en Babilonia de la necesidad concreta de construir canales para el desarrollo de la agricultura, el transporte de mercancías y el traslado de ejércitos. Pero los números también tenían un significado más elevado, y estaban ligados al destino. Los sacerdotes de Babilonia fueron los pioneros en el desarrollo de la astrología y bautizaron las doce constelaciones del Zodíaco, dividiendo la rueda estelar en treinta partes iguales.

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