Cuando sean lo suficientemente mayores como para tener amigos, su teléfono no va a dejar de sonar. Los niños Sagitario poseen un optimismo y una vivacidad que hace que los demás niños se sientan a gusto con ellos.
Un niño Sagitario siempre es el centro de la atención. Su candor puede ser aceptado entre sus amigos, pero no entre los adultos.
Un niño Sagitario puede negarse a cambiar de opinión ante la presión de un adulto.
Como padre de un hijo Sagitario, su mejor manera de tratarlo es establecer los parámetros de la autoridad pronto.
Esto le permitirá la libertad de decir lo que él cree o piensa, incluso aunque usted no esté de acuerdo.
El niño Sagitario necesita saber que no van a castigarlo por defender lo que cree.