Los tránsitos Urano Sol

¡Este tránsito resulta tan excitante como tonificante! Nunca sabréis lo que puede ocurriros de un momento a otro. Probablemente, vuestro trabajo habitual esté desorganizado y vuestra vida social pueda sufrir un auténtico caos. Pero siempre podéis aprender algo de todo esto. Cuando Urano estuvo opuesto a mi Sol, al principio, encontré este tránsito muy complicado. Quería trabajar por la mañana, pero nunca conseguía llevar a cabo aquello que había planeado. Siempre pasaba algo, siempre se presentaba algún imprevisto y, por las tardes, en mi despacho, siempre seguía habiendo el mismo montón de papeles que por la mañana. Me sentía realmente frustrada. Empecé a darme cuenta de que me había llegado el momento de aprender a aceptar el desafío del cambio. Estaba acostumbrada a planificar mi semana, al igual que mi trabajo diario. No me gustaban las interrupciones ni la diversificación. Había llegado el momento, dijo Urano, de que yo aprendiera a controlar estos hechos. Estaba convencida de que los puestos de dirección requerían un cierto mando y una base y, anteriormente, había pretendido abarcar demasiado en cuanto a lo que se refería a responsabilidades. Fue durante este período cuando aprendí a trabajar con mis superiores. Teníamos algunos trabajos muy urgentes que hacer y aprendí a enfrentarme a las prisas. Estaba dispuesta a compartir mis responsabilidades y mi exceso de trabajo con mi jefe de sección, informándole de las presiones que estaba sufriendo en lugar de intentar solucionarlo todo por mí misma. Y de esta forma, juntos decidimos cuáles eran los asuntos que requerían ser tratados con mayor prioridad.
En mi vida personal, todos mis planes se venían abajo. Por ejemplo, si hacía planes para quedar con algún amigo para ir a cenar, o bien me surgía un imprevisto, o bien era a mi amigo al que le resultaba imposible acudir a la cita. Aprendí a desarrollar un plan A, B, y C. Pero, hasta entonces, siempre que hacía algún plan y éste se venía abajo, yo me sentía realmente frustrada. No me sentía motivada con la suficiente rapidez como para poder utilizar mi tiempo para otras cosas. Pero aprendí a hacerlo.
También acudía a clases nocturnas y siempre intentaba estudiar en casa después de volver del trabajo. Mi plan era estudiar para mis clases y, después, ponerme a cenar y cuidarme un poco de las tareas de la casa. Sin embargo, mi vecino de al lado había decidido que las seis de la tarde era un buen momento para poner la música bien alta y armar jaleo. Yo me di cuenta de que aprender filosofía a ritmo de tambor no era nada fácil. Siempre acababa por enfadarme y, por supuesto, ya no podía seguir concentrándome en mis estudios. Entonces, decidí utilizar sus momentos de silencio para dedicarme a estudiar, y aprovechaba cuando hacía ruido para cenar o para fregar los platos y pasar el aspirador. Mi horario sufría continuos cambios y yo empecé a pensar: «no puedo seguir haciendo esto pero, entonces, ¿qué puedo hacer?» De repente, mi vida cambió. Me volví tan flexible que, incluso algunas veces, me asombraba de mí misma. Desde entonces, mis horarios (al igual que mi hogar) nunca han vuelto a ser los mismos.
En cuanto inicié este cambio, empezaron a aparecer otras personas en mi vida; eran personas muy interesantes; personas que me abrieron nuevas puertas y nuevos canales de comunicación. Estas personas no permanecieron en mi vida durante mucho tiempo, pero conforme fueron pasando por ella, me fueron ofreciendo algo y, en el fondo, yo también espero haberles podido ofrecer a ellas algo a cambio. Este tránsito puede ser realmente apasionante, siempre y cuando estéis dispuestos a abrir nuevas puertas, a investigar nuevos caminos y a explorar algo nuevo.
Muchas personas comentan haberse sentido seriamente perjudicados por este tránsito. Mostrarse flexible resulta bastante difícil y los cambios, normalmente, siempre suelen despertar un cierto temor.
No todas las historias sobre los tránsitos de Urano pueden ser consideradas como afortunadas.
Algunos astrólogos os explicarán que los tránsitos de Urano suelen reflejar toda una serie de acontecimientos inesperados y repentinos dentro de vuestra vida. Las personas parecen reaccionar de forma algo extraña ante este tipo de tránsitos. Pero, dado que Urano tarda tantos años en cambiar de signo, probablemente, el comportamiento irregular que podemos observar en los demás tan sólo lo sea en apariencia. Las personas que no nos conocen lo suficiente pueden llegar a sorprenderse bastante cuando, finalmente, conseguimos la energía o el valor suficientes para hacer algo en lo cual hemos estado pensando desde hace años. Durante este tránsito, cambiamos interiormente y, a medida que van aumentando nuestras convicciones más profundas, nos recuperamos y somos capaces de trasladarnos de Nueva York a California o viceversa. Empiezan a tener lugar grandes cambios. Normalmente suelen ser cambios constructivos para nosotros, aun a pesar de que nuestras acciones puedan parecerles algo extrañas a los demás. Por fin nos sentimos liberados, nos sentimos libres.
Durante este tránsito es importante que siempre conservemos alguna perspectiva en mente. ¿Cuáles son vuestros objetivos? ¿Tenéis conciencia de que estáis cambiando interiormente? Los cambios externos no son más que simples manifestaciones de vuestro cambio interior. Un lifting facial no mejorará vuestras relaciones matrimoniales ni tampoco vuestra autoestima. Debéis abandonar cualquier tipo de postura rígida o intransigente. Pero, por otra parte, ¡tampoco resultará demasiado inteligente que lo cambiéis todo! En el libro Candide, de Voltaire, el Dr. Pangloss afirmaba que cualquier cambio era para mejor. Pero esto es absurdo. Los cambios tan sólo pueden ser para «mejor» cuando sabemos muy bien porqué hacemos lo que hacemos. El lifting facial no le quitará años a la mujer de cuarenta. Será mucho mejor que empiece a considerar sus valores como mujer madura.

Volver a Los tránsitos de Urano

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *