El hecho de degollar a una persona, de cortarle el cuello, indica que, para nuestro gusto, es excesivamente racional, que necesitamos sorprenderla, impactarla a fin de que sus emociones salgan a la luz.
Si nos degüellan a nosotros, es señal de que reprimimos excesivamente nuestras pasiones y sentimientos.
Si nos degüellan a nosotros, es señal de que reprimimos excesivamente nuestras pasiones y sentimientos.