Simboliza la aceptación del propio destino, de aquellos acontecimientos que no podemos evitar.
Si la escena es agradable, como podría serlo un paisaje con los típicos elementos de esa zona, indica que sabemos afrontar los cambios y que nos preocupamos más por avanzar que por lamentar lo que ya no tenemos.
Si la escena es agradable, como podría serlo un paisaje con los típicos elementos de esa zona, indica que sabemos afrontar los cambios y que nos preocupamos más por avanzar que por lamentar lo que ya no tenemos.