Es uno de los doce animales sagrados de la antigua China, venerado por los griegos, ya que no sólo constituía la base de su alimentación, sino que Zeus había sido amamantado por una cabra.
Aunque para el catolicismo este animal ha sido repudiado, y de hecho al demonio se lo representa con patas, cola y cuernos de macho cabrío, su presencia en un sueño es un buen augurio.
En general, simboliza la habilidad para escapar a cualquier peligro, por ello, si aparece entre las Imágenes oníricas, quiere decir que tendremos la habilidad de esquivar una situación enojosa o delicada.
Aunque para el catolicismo este animal ha sido repudiado, y de hecho al demonio se lo representa con patas, cola y cuernos de macho cabrío, su presencia en un sueño es un buen augurio.
En general, simboliza la habilidad para escapar a cualquier peligro, por ello, si aparece entre las Imágenes oníricas, quiere decir que tendremos la habilidad de esquivar una situación enojosa o delicada.